Imagen de Roger Mosley en Pixabay
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Cuando padecemos ansiedad, nuestro cuerpo y nuestra mente viven el día a día atrapados en un malestar continuo.
Notamos una sintomatología física que nos pone en tensión continuamente, temiendo que suceda lo peor: nuestro corazón se acelera con taquicardias, temblamos o notamos un malestar generalizado, sensaciones de despersonalización, como si nuestro cuerpo fuera algo ajeno a nosotros mismos… y así una serie de muchos síntomas que nos hacen sufrir.
Como estamos asustados, pensando en que nos va a ocurrir algo terrible, no dejamos de auto-observarnos y de estar pendientes de nosotros, y cada pequeño cambio corporal es interpretado como algo alarmante que presagia algo todavía peor.
Nuestro sueño se altera, perdemos el apetito y nuestra vida se ensombrece.
Cada día es una lucha por enfrentar las horas y los minutos. Nuestros pensamientos se cierran en un círculo de reproches y de dudas hacia nosotros mismos, hacia nuestra capacidad de poder salir y coger las riendas de nuestra vida.
Perdemos confianza en nosotros mismos, consideramos que somos débiles e incluso que vamos a caer en la locura.
Nada de esto sucede. El círculo de la ansiedad se puede romper y salir de él.
No es fácil, pero con tesón y práctica se consigue eliminar toda la sintomatología física y psicológica para volver a recuperar el bienestar.
Así, será importante seguir estas pautas:
* No tener miedo. Por muy mal que se sienta, no va a suceder nada malo. En el momento en que se calme y sea capaz de darse cuenta de que puede y que va a enfrentarse a la ansiedad, empezará a salir de ella.
* Deje de auto-observarse. Cuando más lo haga, peor se sentirá. La auto-observación aumenta los síntomas y refuerza los pensamientos de que algo terrible está sucediendo.
* Hágase amigo de la ansiedad. Siéntela a su lado, y dígale que no le tiene miedo, que es desagradable y pesada, pero que no le va a hacer caso. Es en ese momento cuando notará que empiezan a disminuir la frecuencia e intensidad de los síntomas.
* Vuelva a valorarse y a considerarse una persona sana, equilibrada y capaz. Simplemente, está pasando un bache. Eso no le convierte en alguien incapaz. Así que deje de auto-compadecerse y de quedarse atrapado en la observación de sus síntomas y póngase a combatir la ansiedad.
* Vuelva a sus rutinas diarias. No deje de hacer cosas por miedo o pensando en que se pondrá peor. La anticipación es lo peor para usted y lo mejor para seguir estando ansioso.
* Considere esta etapa de su vida, como una buena fase para aprender más de sí mismo y poder confiar más en usted. No se culpe.
* Cuanto menos miedo tenga a los síntomas, menos los notará y acabaran desapareciendo. Ya sé que es difícil. Pero nadie ha perdido el control o la cabeza por los síntomas de la ansiedad. Acéptelos y déjelos estar ahí, pero sin que le impidan llevar a cabo sus rutinas y quehaceres diarios.
* Valore cada pequeño paso que dé. Recuerde que los grandes cambios, empiezan siempre con pasos pequeños.