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Estamos cerca de acabar este 2022 y empezaremos otro año más de vida, experiencias, sinsabores y alegrías.
Otro año en que sentiremos tristezas, emociones de rabia y decepción, también de serenidad, y viviremos momentos de paz y otros de zozobra.
Alguien me contará que le rompieron el corazón y le diré que de esa manera su corazón se hará más fuerte para soportar otros sinsabores y que estará preparado para esperar a la próxima persona que le hará feliz. Y que sin duda aparecerá.
Alguien me contará que ha perdido su trabajo y que le angustia su situación y pensaremos que eso le permitirá pensar en nuevas oportunidades que, aunque no fáciles, se le ofrecen.
Alguien me dirá que está decepcionado, porque la persona en la que confiaba le ha traicionado y no es tan buen compañero o amigo como esperaba. Y le diré que tenga esperanza, que a lo largo de la vida vamos dejando en el camino a personas que nos acompañaron un trecho, y a quienes acompañamos, y luego perdimos por diferentes motivos.
Alguien me dirá que está triste porque perdió a quien quería por enfermedad, y le animaré a luchar y a que recuerde a la persona ausente con la misma fuerza y amor como cuando estaba con él o ella.
Todas estas personas me enseñarán la capacidad increíble que tiene el ser humano de sobreponerse a las tristezas, a las pérdidas y a las adversidades. Y me reconfortará de nuevo ver, darme cuenta, de que todos cambiamos si nos lo proponemos y que la gratitud a la vida y a la gente buena que nos rodea es una corriente positiva de bienestar y paz.
No sé si lo mejor está por llegar, pero intentaremos con nuestra actitud que todo lo bueno del día a día no nos pase desapercibido y lo sepamos disfrutar un año más.
Feliz Navidad a todos.
Gracias.