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En ocasiones, nos encontramos con personas que cuando les hablamos de nuestros proyectos o nuestras ideas acerca de la vida, manifiestan enseguida pegas, acusándonos, a veces, de ser simplistas o de que es imposible eso que planteamos o que ellos ya lo intentaron y no se puede conseguir.
Con frecuencia, minimizan nuestras ideas o proyectos diciendo que son inviables y que ellos ya lo intentaron (aunque no sea cierto). Si llega usted con una nueva idea, ellos ya la conocían o, dicen, ya la han puesto en marcha, y no da resultado. Son personas que disfrazan en ocasiones la envidia con supuestas críticas constructivas, que en realidad no lo son.
Son personas que intentan sabotear nuestros proyectos e ideas, del tipo que sean, porque tienen una baja autoestima y sienten a los demás como una amenaza, aunque se disfracen de personas aparentemente seguras y confiadas en sí mismas.
Viven en un permanente estado de alerta, porque ven a los demás como rivales de los que tienen que protegerse, siempre temiendo quedar en inferioridad de condiciones, cuando en realidad esa competencia solamente la establecen ellos.
Generalmente suelen ser personas arrogantes, prepotentes, que necesitan hacer alarde de su inteligencia o cualidades y, a veces, de sus posesiones materiales, para sentirse bien, reconocidos como triunfadores, en un siglo donde el exhibicionismo está a la orden del día, en una carrera que solamente compiten... ellos.
Recuerde, cuando se tope con personas así, que usted no necesita alardear ni presumir de nada. La confianza en sí mismo está mucho más allá del aparentar y alardear.
Nadie le pude hacer sentirse mal si usted no lo permite.
Usted sabe cuáles son sus objetivos y hacia dónde va; nadie le detiene y nadie le tiene que decir quién es. Usted basa su valía en sus valores e ideas, en su manera de conducir su vida única y exclusivamente según su propio criterio, alejándose de lo que opinarán los demás y de las modas o vanidades.
Recuerde que cuando se encuentre con alguien que parece “comerse el mundo”, muchas veces es alguien inseguro, acomplejado, que necesita sostener esa postura artificial para mantener en pie un débil concepto de sí mismo.
