ANALITYCS

domingo, 2 de mayo de 2021

LA EDUCACIÓN SENTIMENTAL


Imagen: Pixabay

Deberíamos aprender cuando somos niños que no podemos estar a merced de nuestros sentimientos y, en concreto, deberían enseñarnos a no sufrir cuando alguien deja de amarnos. Es muy frecuente que las personas sufran e incluso se depriman cuando su pareja abandona la relación.

Con frecuencia, la persona que desea continuar con la relación lo pasa fatal: los sentimientos de pérdida y de abandono se convierten en dolorosos pensamientos que van y vienen diciéndonos que no es posible la vida sin esa persona, que no podemos estar bien si no nos ama. O que nos ha dejado porque no valemos, porque no somos atractivos/as, o porque no éramos capaces de darle aquello que nos pedía. Además, esa idea de que algo hemos hecho mal nos hunde todavía más en la tristeza.

Deberíamos aprender desde pequeños que quien no nos quiere no merece nuestro sufrimiento, ni que lloremos por él/ella, porque, ¿por qué seguir queriendo a aquel o aquella que no quiere querernos? Además, el hecho de que alguien no nos quiera y nos argumenté, supuestamente, todo tipo de ideas, no quiere decir que tenga razón.

Por ejemplo, me cuentan mis pacientes que “mi novio me ha dejado porque me dice que soy muy posesiva”, cuando en realidad es él el que no se compromete y el que no le presta a ella y a la relación la atención que merece. O “es que quiere una relación abierta”, tan abierta que como está con otros hombres dejo de ser importante, o “es que se quiere tomar su tiempo para ir despacio”, cuando en realidad lo que tiene es un miedo terrible a comprometerse.

Comprometerse. Palabra que causa “temor “a algunos hombres y mujeres que prefieren pasar de una relación a otra como si el hecho de permanecer con la persona, con la que paradójicamente se encuentran bien, durante mucho tiempo, supusiera compromisos misteriosos o perder oportunidades de conocer quizá a otra persona que “le llene más”…

Hombres y mujeres de cierta edad que cambian de pareja como si todavía fueran adolescentes; hombres y mujeres emparejados que, sin embargo, engañan a sus parejas, aunque no se vayan a separar de ellas/os…

Al final, la inmadurez afectiva acaba demostrándose también en el tipo de relaciones amorosas que establecemos.

Pero solo es el amor inteligente, aquel que elige a la persona y está dispuesto a comprometerse, a estar ahí, pase lo que pase, a ceder, a compartir la vida con un compañero/a con el que afrontar problemas, disfrutar, demostrar afecto y compromiso y vivir haciendo que ese amor cada día sea mayor, más fuerte, con raíces profundas que permanecen a lo largo de los meses y de los años. Ese es el amor que, en realidad, todos vamos buscando.

Los otros son desamores, hay que pasar página, sin culpas. Simplemente, no era la persona adecuada. Y seguir.



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